Navajas automáticas
El recorrido de los años de nuevas versiones, variedad de ideas e inventiva en el diseño es paralelo en muchos de los objetos que nos sirven para el día a día, más aún cuando ese día a día puede haber empezado siglos atrás. Así, en el ámbito de las navajas, los avances han sido paralelos a los del resto de cuchillos. Mientras estos últimos se especializaban en formas adaptadas a los más variopintos escenarios, las navajas comenzaron a investigar en los modos de apertura y cierre del instrumento, dada la oportunidad de probar que ofrece el hecho de que hoja y empuñadora sean dos piezas diferentes.
La opción que ha demostrado ser la más inmediata es la de las navajas automáticas. Tal y como su nombre indica, el mecanismo de apertura permite que, al accionarse, automáticamente asome la cuchilla, siendo los modelos de reacción más rápida. Debido a los usos impropios de este objeto, su tenencia no es legal en numerosos países, por lo que conviene informarnos de la proveniencia del objeto que buscamos.
El mango de estas navajas contiene la parte fundamental de su uso, el mecanismo de apertura. Es muy importante revisarlo con cierta frecuencia y protegerlo cuando llevemos la navaja encima, ya que nadie desea que se accione si no es en nuestra mano. De la misma manera, si descuidamos su mantenimiento, el mecanismo puede desensamblarse y quedar la hoja recluida en el interior de la empuñadura, perdiendo por completo su funcionalidad. Por lo demás, la empuñadura de las navajas automáticas es menos fina que la de las tácticas, pero tiende a formas compactas y muy manejables, ya que los usos de estas navajas no están sometidos a fuertes presiones ni cortes específicos complicados. Debido al hecho de liberarse la hoja de manera automática, conviene hacerse con una funda adaptada, que la mantenga fuera de esa posibilidad.
Dentro de ese mango se encuentra la hoja. Habitualmente, estará compuesta de materiales poco pesados y no excesivamente rígidos, así que no hay que tratarla como si fuese un cuchillo de monte, pues para eso tenemos otros tipos de herramienta. La longitud es variable, así como la anchura, aunque en el caso de esta última suele tratarse de hojas estrechas, muy manejables en ranuras y espacios angostos, así como para detalles en los cortes. El filo es doble, ya que, al guardar la hoja entera sin ningún contacto hacia el exterior, no se corre peligro de que algún lado expuesto pueda cortar, como sucedería con un doble filo en los sistemas de guarda habituales de las navajas. Al activar el mecanismo que hace asomar la cuchilla, esta saldrá a toda velocidad con la punta en primer término, por lo que deberemos tener cuidado de no accionarlo sin el espacio necesario.
Así pues, las navajas automáticas son instrumentos finos, con una característica forma de abrirse. Esto infiere en su facilidad de manejo y transporte, y las diferencia en lo que respecta a los cuidados y las precauciones, frente a otros cuchillos o navajas a los que estamos acostumbrados. Una solución al problema de abrir la navaja con una mano, en poco y asegurado espacio.
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